Jules Verne
el cartógrafo de los sueños
Hubo un tiempo en que el planeta aún se dibujaba a lápiz. Un tiempo de océanos sin nombre, de selvas apenas susurradas por la ciencia, de ciudades que eran mitos y de rutas aún no exploradas. En medio de ese tiempo —siglo XIX, cuna de la imaginación moderna— emergió una figura capaz de trazar con palabras lo que la cartografía aún no se atrevía a delimitar. Jules Verne no fue un viajero al uso: no escaló montañas ni surcó los cielos en globo. Pero lo hizo todo. Y más. Porque hizo de la imaginación una brújula, y de la literatura, una embarcación capaz de llegar hasta el último confín del deseo. En L’Artisan by MTGlobal, entendemos el viaje como un gesto creativo, como una narración. Y Verne, en su audacia visionaria, fue un pionero de ese gesto. Su obra no solo anticipó medios de transporte, rutas y avances científicos; anticipó una forma de mirar el mundo con hambre de descubrimiento. Es esa mirada —respetuosa, culta, apasionada— la que inspira nuestros itinerarios a medida.
Viajar antes de partir
Antes de que el pasaporte existiera, Verne ya había recorrido glaciares y volcanes, desiertos y selvas, océanos y cordilleras. En sus novelas, el planeta se convierte en protagonista, en escenario vivo que transforma a los personajes y a los lectores. ¿Qué otra forma de viajar hay más profunda que esta? En el centro de Islandia, desciende al cráter del Sneffels hacia el centro de la Tierra. En las profundidades marinas, se deja llevar por la estela del Nautilus y del capitán Nemo, en una oda precoz a la biodiversidad marina. Desde África hasta la India, sus tramas recorren tierras todavía exóticas para el europeo del siglo XIX, con una sensibilidad que mezcla el asombro con la precisión científica.
En L’Artisan celebramos esta forma de viajar mental y emocional, diseñando viajes donde lo importante no es solo el destino, sino el relato que se teje alrededor. Porque el viaje empieza mucho antes del embarque, y su huella perdura mucho después del regreso.
Lujo es conocer el mundo como lo imaginó un genio
El verdadero lujo no reside en la abundancia, sino en la perspectiva. Y Jules Verne fue, sin duda, un maestro en enseñarnos a mirar. Desde su escritorio en Amiens imaginó aventuras que hoy pueden vivirse de forma exquisita, pero sin perder ese espíritu de exploración original. Proponemos itinerarios inspirados en sus novelas: expediciones por la sabana africana en globo aerostático, travesías por el Mekong a bordo de cruceros boutique que devuelven el ritmo de lo esencial, exploraciones en trenes privados que recorren Asia Central como si el reloj se hubiera detenido en el siglo XIX. Experiencias de inmersión profunda, exclusivas, íntimas y absolutamente únicas. Tal como Verne entendía el mundo —como un enigma fascinante—, cada una de nuestras propuestas se construye con la delicadeza de quien diseña y asume que cada viaje es un capítulo vital.
Una habitación con vistas a la imaginación
Nantes, su ciudad natal, aún guarda el eco de sus sueños: en su casa museo, cada sala conserva mapas, manuscritos y objetos que alimentaron su universo. Pero más allá de lo tangible, el legado de Verne está en cada viajero que se atreve a imaginar.
Desde L’Artisan, recuperamos su espíritu para diseñar recorridos que no solo se viven, sino que se recuerdan como novelas personales. Vemos a nuestros viajeros contemplando auroras boreales desde un iglú de diseño en Laponia, atravesando en camello el desierto de Wadi Rum como si fueran protagonistas de una épica ilustrada, o visitando templos ocultos en Myanmar con la mirada fascinada de quien descubre un secreto. Porque eso es lo que nos enseñó Verne: que no hay viaje más auténtico que aquel que despierta el alma. Y que a veces, el lujo más extraordinario es el de viajar como lo haría un escritor: con los ojos muy abiertos y el corazón dispuesto a dejarse transformar.